Alianza Comunidad Ciudadana (CC)
Entrevista a Cecilia Requena
Organizaciones Políticas
Tejedoras. ¿Cuál es la trayectoria personal, profesional y política de Cecilia Requena?
Cecilia Requena.
Es difícil definirse de manera estática, todos somos personas que estamos en permanente proceso de aprendizaje, transformación y cambio. Pero también es cierto que hay patrones de continuidades que van más allá de los cambios que una sufre a lo largo de su vida. Si yo tuviera que definir esas continuidades y si suponemos que éstas me definen, diría que lo relevante para lo político es que he sido, soy y seguiré siendo una activista en las luchas en defensa de la naturaleza, entendida como algo de lo que somos parte, no es algo que está allá afuera, porque cuando uno dice “medio ambiente” pareciera que nosotros fuéramos algo distinto. Yo insisto en llamarle naturaleza, de modo aún insuficiente, entendida como un sistema del cual somos parte integrante, un sistema que nos provee de agua, alimentos, aire y todo lo que se necesita para vivir. Sin embargo, al mismo tiempo es un sistema que nosotros afectamos con nuestras acciones. Entonces me sitúo en defensa de ese sistema que, en última instancia, es la matriz que reproduce y regenera la vida, y ahora está siendo destruida. La causa ecologista en algún momento incorporó la causa por la democracia cuando me quedó claro que no es lo mismo defender la naturaleza bajo regímenes en los que no se respetan los derechos de las personas y sus libertades, y en los que no hay equilibrios que pongan límites al poder.
En mi opinión, eso no sucede en el país en la última quincena de años, aunque no es la primera vez en nuestra historia. Por eso he sentido la fuerte necesidad de luchar por las condiciones democráticas para que las luchas por la naturaleza también tengan más viabilidad. A estas alturas me ha quedado claro que sin democracia es mucho más difícil luchar por la vigencia de los derechos; entre ellos, actualmente veo interconectados el derecho a un medio ambiente sano y los derechos de la naturaleza con el goce de todos los demás derechos. Entonces, soy una activista por la ecología, por la naturaleza, por la democracia y una persona profundamente comprometida con el bien común. Creo que hay un bien que nos incluye a todos y eso está claro cuando una lucha por causas ecologistas y democráticas, ya que está luchando por algo que beneficia a todos para que haya aire limpio, agua limpia, bosques en pie, estabilidad climática, respeto a los derechos humanos y justicia. Esto beneficia a todas y todos, y yo estoy comprometida con esas causas porque creo profundamente que es una batalla que hay que librar y merece la pena el esfuerzo.
¿Cómo incursiona en política Cecilia Requena?
En toda mi formación profesional he tenido un hilo conductor que ha sido “lo público”, desde la gestión de políticas públicas por mis estudios de maestría, desde las relaciones internacionales y la diplomacia, desde los proyectos socioambientales o desde mi carrera de base que fue Comunicación Social siempre he tenido como hilo conductor “lo público”, entendido como “lo común”; es decir, aquello que nos une a todos, las interdependencias. Desde muy joven he trabajado en estas cosas de manera voluntaria, pero sobre todo como voluntaria ecologista. Después se agregó con mucha claridad la lucha por la democracia.
Entonces yo hice política ciudadana, política desde las calles, el voluntariado y los grupos ciudadanos reunidos para, por ejemplo, hacer público, en 2017, un informe de la OEA y solicitar al Tribunal Supremo Electoral que transparente el Padrón Electoral. Así lo hicimos desde hace muchos años con un colectivo muy importante que se llamó Una Nueva Oportunidad, junto a personas como Jorge Lazarte, Loyola Guzmán, Ricardo Calla, José Antonio Quiroga. Entonces yo estuve muy activa desde la ciudadanía y en algún momento sentí que había que plantear una alternativa el año 2019. Y entonces hubo mucha búsqueda y mucho trabajo común para poder tener una candidatura viable en las elecciones de ese año. Felizmente, en ese momento Carlos Mesa decidió aceptar y muchos grupos ciudadanos convergimos en la alianza de Comunidad Ciudadana (CC), porque vimos que era inevitable y urgente entrar a la política partidaria, que es el paso que yo no había dado hasta ese momento. Entonces entendí que era necesario hacerlo y aquí me tienen.
¿Cómo evalúa en la actualidad el rol de las mujeres en la política nacional y la situación del ejercicio de sus derechos políticos?
Yo siempre he realizado mi actividad política ciudadana y mi actividad política partidaria desde mis propias condiciones de mujer y he podido ver las dificultades adicionales que existen para las mujeres. Sí son ciertas; pero también tengo que decir que hay un reconocimiento de trayectorias. Yo construí una trayectoria de lucha por el medio ambiente que fue pública y estuvo enmarcada en la política ciudadana. Entonces no todo fue cuesta arriba, también hubo un reconocimiento de mis colegas hombres cuando CC decidió en 2019 que las nueve candidaturas a las primeras senadurías serían ocupadas por mujeres dando un paso fundamental hacia la paridad y la alternancia.
Fue muy importante la decisión de que todas las primeras senadoras serían mujeres aunque no se sabía quiénes iban a ser, esa fue una decisión que tomó CC soberanamente y abrió espacios para personas como yo. A su vez, este tipo de decisiones están construidas sobre la lucha y el trabajo de tantas mujeres antes de nosotras que ha generado las condiciones para que en el Senado actualmente haya más mujeres que hombres. Eso se debe, en gran medida, a la contribución de CC. Entonces al mismo tiempo que reconozco que sí hay dificultades para las mujeres; reconozco también que hay avances que están siendo aprovechados adecuadamente por las mujeres. Creo que estamos demostrando que sí podemos hacer buena política y hacerla con el alma entera.
La alianza Comunidad Ciudadana se formó con base en diferentes plataformas ciudadanas y algunas organizaciones políticas, ¿cuál fue el rol de las mujeres en la conformación de la alianza política y actualmente en su vida orgánica?
Según algunas estimaciones, dos tercios de las luchas por la defensa de la naturaleza están hechas por mujeres. Asimismo, la lucha por la democracia en Bolivia, en los últimos años, también ha sido protagonizada por mujeres y como CC es una alianza conformada por gente que ha luchado desde el llano y desde la ciudadanía en las calles, obviamente ha sido importantísima la contribución y la iniciativa de las mujeres. Yo diría que las mujeres hemos aportado significativamente en CC, dicho de otro modo: sin mujeres no hubiese sido posible.
Actualmente, ¿las mujeres son parte de las estructuras jerárquicas de CC?
Sí, CC tiene un compromiso como organización que se verifica claramente y con mucha convicción en sus liderazgos. En todas las instancias de CC siempre hay una preocupación por corresponder con la paridad y no solo porque es una exigencia legal, sino por una auténtica convicción de que la participación política de las mujeres es un avance democrático. En CC hay muchos roles y son cambiantes, entonces más que una definición de roles para las mujeres lo que CC tiene son principios sólidos, entre ellos el de la paridad democrática es muy importante y es vigilado constantemente.
¿Las propuestas y demandas de las mujeres son presentadas y tomadas en cuenta en la toma de decisiones de la alianza CC?
Sí. De hecho, diría que es un poco más activo el rol de las mujeres. No sucede que “presenten ideas” ante unas instancias fundamentalmente manejadas por hombres. Así no funciona CC. Al contrario, desde sus liderazgos en la dirección nacional y las jefaturas de bancada, CC tiene un protagonismo femenino. Por ejemplo, en el Senado las titulares somos todas mujeres, salvo el caso de Tarija que está representada por Rodrigo Paz. En los otros ocho departamentos las senadoras titulares somos mujeres, por tanto, existe un peso por sí mismo de las mujeres y no hay necesidad de presentar nada a nadie, sino simplemente hacemos nuestro trabajo político como mujeres.
¿Es difícil para la alianza política CC cumplir con la paridad y alternancia en la nominación de candidaturas?, ¿en ese sentido, cómo evalúa los últimos procesos electorales (Elecciones Generales y Elecciones Subnacionales) en el país?, ¿qué enseñanzas y lecciones aprendidas puede mencionar para fortalecer la participación política de las mujeres?
Yo no fui parte de ese proceso decisorio en CC y actualmente todavía no cumplo un rol con esas características, en parte por decisión propia para poder concentrarme en la causa ambiental tan poco defendida y ya en situación de emergencia en varios ámbitos. Entonces, mi experiencia deriva de mi rol como senadora y presidenta de una Comisión en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Desde ese lugar, puedo decir que la iniciativa en nuestra agrupación política está marcadamente de parte de las mujeres. Ahora bien, yo creo que el hecho de que en CC decidimos poner a nueve mujeres como candidatas titulares a senadoras en 2019 y ocho mujeres en 2020 muestra claramente una voluntad concreta, ya que son puestos de poder que han sido entregados a las mujeres. Aunque probablemente fue una decisión difícil, se la tomó y aquí estamos.
Es decir, logro ver con claridad que CC— con las dificultades que tiene y lo que le resta por avanzar— está en mejores condiciones que otras organizaciones políticas tanto del nivel nacional como subnacional. Veo mujeres muy fuertes en el sentido que marcan su presencia, consistencia y fortaleza, y se notan sus efectos y consecuencias positivas. Sin embargo, cuando amplío el foco y analizo el país en su conjunto veo más dificultades, veo que en Bolivia todavía hay conflictos porque seguimos siendo una sociedad patriarcal machista, no hay duda. Y al mismo tiempo, gracias a las leyes de avanzada que tenemos —es necesario reconocer a quienes han estado detrás de ellas y a los gobiernos que las han aprobado— han entrado mujeres a la política y estos espacios están ocupados.
Eso sí, tampoco quiero idealizar porque sé que muchas de mis colegas están denunciando acoso y violencia actualmente. Sé que tienen enormes dificultades, entonces las dos cosas son ciertas al mismo tiempo. Es una paradoja típica de un proceso de transición: tenemos avances, pero tenemos fuerzas que nos tiran hacia atrás, las dos cosas están ocurriendo al mismo tiempo. Creo que lo importante es entender hacia dónde va la dinámica y creo que no va a ir hacia atrás. Para los hombres, y más aún para las mujeres, es importante estar muy bien preparadas para lo que estamos haciendo y esa preparación no es solo aquella con la que una entra a la política, sino que implica también hacer el trabajo con alta responsabilidad como servidora pública, porque nosotras estamos ganando un salario con recursos públicos. Entonces es nuestra responsabilidad estar bien preparadas para lo que hacemos. Es muy importante la preparación porque te da solidez; por ejemplo, cuando alguien te quiere ‘ningunear’, interrumpir o desvalorizar porque eres mujer, si tú estás preparada no va a poder hacerlo. Yo veo a menudo que los hombres se confían mucho, están acostumbrados a tener las cosas más fáciles, nosotras en cambio probablemente estamos más acostumbradas a que nada sea fácil y entonces nos preparamos más, tenemos esa buena costumbre.
Por otra parte, están la solidaridad y la sororidad, lo que implica tener la sensibilidad para que, más allá de los partidos políticos, si alguna de nosotras está sufriendo acoso o intimidación estemos todas presentes para ayudar, eso me parece fundamental. Finalmente, creo que es muy importante tener una visión clara de aquello con lo que una va a contribuir al país, porque de otro modo es muy fácil perderse en este tipo de trabajo. Una debe trabajar en función del país que quiere e imagina, de aquello que debe mejorar en el país y de aquello en que una puede aportar. Eso te da mucha fuerza, consistencia y finalmente, ojalá, reconocimiento. Entonces la gente empieza a reconocer que lo estás haciendo bien, eso ayuda a las mujeres que vienen detrás al igual que lo hicieron quienes estuvieron antes de nosotras.
¿Qué mecanismos y/o instancias existen dentro de su alianza política para combatir el acoso y la violencia política?, ¿hay algún caso de sanción al que se quiera referir?
Sí, tenemos una instancia de ética que también atiende asuntos de género y es dirigida por una mujer. Aunque no son necesariamente de conocimiento público, entiendo que sí hubo estos casos y que han sido debidamente atendidos.
¿De qué manera fueron sancionados esos casos?
No tengo la información detallada porque no estoy en esa función ni tampoco en la Dirección Nacional de CC. Las personas encargadas tienen esos datos.
¿Hay alguna instancia de seguimiento a la paridad de género y/o despatriarcalización al interior de CC?, ¿cómo f unciona y qué resultados ha alcanzado?
Entiendo que todavía no, actualmente estamos en pleno proceso de elaboración de estatutos para formalizar la organización interna de CC.
¿Cuáles son los principales obstáculos o dificultades que enfrentan las mujeres que son parte de la alianza CC en el ejercicio de sus derechos políticos?
Hay dos esferas que hay que ver: primero la de CC como organización y alianza política. Ahí yo veo que no estamos exentas de las presiones que viven otras mujeres en el país, pero tampoco es una organización política que excluya estructuralmente a las mujeres. A momentos puede parecer que estamos contando una historia demasiado buena para ser verdad; no obstante, yo le puedo decir que estructuralmente no existe una dificultad para que las mujeres ejerzan sus derechos políticos en CC. Sin embargo, eso no implica que no estemos inmersas en un país que tiene una cultura que genera conflictos. Entonces, si se presentan casos al interior de CC entiendo que son resueltos adecuadamente, aunque repito que yo no he estado en los puestos de dirección en los que tendría una información más detallada al respecto.
En cuanto a la otra esfera, puedo hablar de mi experiencia personal y decir que actualmente estoy resistiendo ante diferentes formas de violencia, inclusive física, porque estoy haciendo una labor de fiscalización de un tema muy delicado que es la minería ilegal cooperativista. Eso implicó que en dos inspecciones que hicimos al norte de La Paz fuimos amenazadas y agredidas físicamente. En el primer caso por hombres que estaban armados con machetes, que hicieron estallar dinamita para amendrentar, que nos arrojaron piedras. Estuvimos al borde de que nuestra lancha sea secuestrada. En el segundo caso por un grupo de hombres y mujeres mineras que irrumpieron una reunión que tuvimos en Apolo. Nos hicieron un bloqueo de caminos para impedir que salgamos del lugar. Entonces tuvimos que buscar una salida por Mapiri y viajar por un total de 31 horas, sin descansar, por caminos muy arriesgados. Fue una locura. Sucedió algo similar cuando presentamos una acción popular en la ciudad de La Paz contra la minería ilegal en el Madidi, grupos de mineros nos hostigaron porque entienden que nuestra labor va en contra de sus intereses y de su “derecho al trabajo”. Nosotros presentamos una acción popular cumpliendo con nuestro deber ya que esta es una causa del bien común.
El Madidi es el área protegida más biodiversa del mundo, no puede ser que la estemos destruyendo. Los comunarios que viven en el Madidi están destruyendo su propio territorio, lo están envenenando con mercurio para desarrollar la minería. Esas personas han estado en La Paz en tres ocasiones desplegando carteles y banners enormes con nuestras caras. Por otro lado, hubo un accidente lamentable en el retorno de la primera de estas protestas de los comunarios y murieron cuatro de ellos. Inmediatamente después comenzaron a acosarme en redes sociales y a acusarme de asesinato. Posteriormente, en una tercera ocasión vinieron a La Paz junto con familiares de las personas que fallecieron a intentar responsabilizarme. En las inspecciones que realicé no había Estado que nos proteja a nosotras, a las mujeres que estuvimos ahí, y mucho menos a las que viven en el territorio. Hubo tres audiencias: el 29 de julio, 10 de agosto y 19 de agosto. En este último caso, la Policía estuvo presente y nos protegió; sin embargo, durante todo el tiempo que duró la audiencia los dirigentes mineros no dejaron de hacer estallar petardos con la intención de asustar y amedrentar, de hacernos sentir que corremos peligro. Esa es una experiencia que, más allá de ser mujer u hombre, es muy fuerte porque debes estar preparada para que algunas personas te agredan físicamente.
¿Hizo la denuncia ante las autoridades competentes?
Sí, primero hice las gestiones para que haya seguridad y no pase nada grave. En ese sentido, la Asamblea Legislativa Plurinacional ha respondido adecuadamente y eso es importante reconocer; sin embargo, una agresión nos puede suceder en la calle en cualquier momento porque ya pasó antes. Lamentablemente es otra de las experiencias que he tenido. Nos agredieron aquí cerca de la Asamblea con gritos y acusaciones de “asesina” y “golpista”. La Policía estaba ahí y no nos protegió, nosotras nos vimos enfrentadas directamente con grupos de choque que nos agredieron, incluso me patearon y luego nos acusaron de ser las agresoras. Respecto a estas agresiones, hemos hecho denuncias públicas ante los medios de comunicación y vamos a denunciar ante la Fiscalía. También hemos hecho denuncias ante organismos de derechos humanos, la Defensoría del Pueblo y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los DDHH. También hemos escrito una carta a la CIDH pidiendo que asistan y comprueben lo que está pasando, ya que nosotras estamos corriendo un riesgo muy alto por hacer nuestro trabajo. Asimismo, ahora justamente estamos en el proceso de análisis sobre cómo realizaremos las denuncias en el marco de la Ley 243, porque es un caso de violencia política contra mujeres.
¿La alianza CC cuenta con un estatuto orgánico aprobado?, ¿en qué fase se encuentra ese proceso?, ¿el estatuto contempla mecanismos para garantizar el ejercicio pleno de los derechos políticos de las mujeres?
Es una obligación cumplir las normas, además lo hacemos con convicción. En CC, gracias a la selección de candidaturas hay más mujeres que están en el poder, como es el caso de las senadoras, de ese modo se formó y cristalizó la alianza desde el inicio. Al mismo tiempo está claro que tenemos mucho por avanzar, los estatutos no solo deben cumplir la ley, sino tal vez ir un poco más lejos.
Desde su punto de vista, ¿cuáles son los retos y desafíos que se tendrían que plantear para que desaparezcan el machismo y el patriarcado en las organizaciones políticas?
En primer lugar, hay que tener claro que somos parte de una sociedad que tiene una cultura que se ha formado a través de procesos muy largos que no se cambian de un día para otro. Entonces tenemos que insistir en la educación y la sensibilización ciudadana, incluso a través de los medios y las redes sociales se puede avanzar mucho y alertar sobre las actitudes y conductas de discriminación que están muy arraigadas, por tanto, deben ser visibilizadas. Al respecto, creo que en Bolivia se ha hecho mucho trabajo últimamente para hablar de estos temas a través de los medios tradicionales y no tradicionales. Como CC estamos contribuyendo, por ejemplo, hoy estuve en una presentación de un anteproyecto de ley que tiene que ver con los derechos sexuales y reproductivos. En segundo lugar, creo que en CC no se permite ningún tipo de retroceso y tenemos una vigilancia formal; es decir, tenemos la decisión de ser una organización política que va más allá de la paridad y la alternancia. Los frutos dependen del trabajo de cada una; es decir, está sobre nuestras espaldas el desafío de lograr cimentar la idea de que las mujeres podemos trabajar mejor en el sector público, en un país complejo y desafiante como el nuestro.
¿La participación de la mujer se ha incrementado o reducido en CC?
En ningún caso ha reducido, al contrario, se ha consolidado cualitativamente. Hay mujeres en CC que ocupan un espacio por sí mismas y lo hacen tan bien o mejor que los hombres que podrían estar en ese mismo lugar. Esto no solo se debe a una acción afirmativa para ocupar los espacios, también se trata de realizar un trabajo de calidad y en CC es un reto diario. Nosotras trabajamos todo el tiempo con hombres y no tenemos ningún tipo de complejo ni tenemos que demostrar nada a nadie. Esa es mi vivencia, yo veo que mis colegas hombres reconocen que estamos haciendo un buen trabajo. No quiero idealizar, sin embargo, no veo problemas de discriminación estructural contra las mujeres en CC.