Asamblea Legislativa Departamental de Santa Cruz

Asamblea Legislativa Departamental de Santa Cruz

Entrevista a Aida Micaela Gil Melgar

Organizaciones Políticas

Tejedoras. ¿Quién es Aida Gil? Por favor, cuéntenos brevemente acerca de usted, de su trayectoria personal, profesional y política. 

 —Aida Gil. Nací en la Chiquitania, en San Miguel de Velasco. Soy la primera hija de una madre soltera, mi mamá solo sabía tejer, fue muy dura mi crianza, desde muy pequeña tuve que salir a vender a las calles para buscar cómo ayudar a mi mamá, trabajé desde mis nueve años. Posteriormente, a mis 14 años decidí ser militante del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR); pero no me permitieron porque era menor de edad, lo que sí me aceptaron fue que sea acompañante, un apoyo.

A mis 14 años empecé a hacer campaña para las elecciones municipales y salió electo el candidato a Alcalde por el MNR. Para la campaña se preparaba comida, yo ayudaba a cocinar y a servir la comida, repartía los boletos para los simpatizantes. Recuerdo que mi mamá era de la línea de la Falange (Socialista Boliviana) en esos tiempos. Cuando el electo fue posesionado en el cargo de Alcalde, me hizo llamar con una persona que vino hasta mi casa para decirme que me estaba buscando para que trabaje con él, como era menor de edad no podía hacerme un contrato; pero que me iba a pagar por trabajar por las tardes después de que retorne de clases, mi trabajo era limpiar, ordenar su oficina y su documentación del Alcalde.

Solo tuve la oportunidad de estudiar hasta segundo curso de secundaria porque mi mamá no tenía recursos para nuestros estudios, tuve que abandonar el colegio y dedicarme a trabajar. Me casé a mis 17 años, mi primera niña la tuve a mis 19 y me separé después de seis años de estar casada porque el esposo que tenía no acompañaba mis sueños, mis inquietudes; me decía que era “una loca, que ni bachiller era”. Entonces volví a mi pueblo porque yo vivía en la ciudad de Santa Cruz con dos niñas, una de cuatro añitos y otra de apenas meses de nacida, y volví a empezar una vida allá en San Miguel. Después de un año y medio de estar separada me volví a juntar con la pareja que actualmente tengo, ya llevamos 30 años de vida juntos.

—¿Qué le motivó a participar en política? 

 —Mi motivación fue verle al Alcalde sentado en la silla de la Alcaldía, yo dije que un día esa silla sería mía. Trabajar ahí, ver tantas necesidades de la gente y esa impotencia de no poder ayudarles en ese momento siendo niña… Crecí con ese sueño de ser algún día autoridad de mi pueblo y agradezco a Dios por haberme hecho realidad ese sueño.

—¿Cuál fue su trayectoria para obtener el cargo que actualmente ocupa? 

 —El año 2004 fui candidata a primera concejal por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y ejercí el cargo de 2005 a 2010, posteriormente volví a ser electa de 2010 a 2015 y fui Alcaldesa transitoria por seis meses en la gestión 2015, porque el Alcalde renunció para volver a candidatear y a mí el Concejo Municipal me eligió para asumir la Alcaldía. Entonces alcancé el sueño que traía desde niña de sentarme en la silla como primera autoridad del municipio.

—¿Su familia (pareja, hijos, madre, padre, entre otros) le apoyó para postular y asumir el cargo? 

—Mi pareja me apoyó desde el primer momento, él me hizo ingresar al CEMA para concluir mis estudios y salir bachiller, me dijo: “Si quieres ser política por lo menos tienes que ser bachiller”, yo estaba en estado de gestación de mi tercer niño. Desde entonces mi esposo me acompaña a todo lado, gracias a él hoy puedo estar acá. El apoyo y comprensión de mis hijos también fue fundamental, ellos viven en San Miguel, yo solo voy los fines de semana a verlos y los domingos en la noche retorno a Santa Cruz; ellos entendieron y acompañaron cada sueño, cada desafío. Mis cinco hermanos también me apoyaron para incursionar en el ámbito político. Una vez que concluí mi bachillerato entré a trabajar al Magisterio de secretaria.

—¿Qué expectativas tenía cuando fue elegida para el cargo de ocupa?

—Trabajar de manera íntegra por el bienestar de mi pueblo, que estaba en total abandono; en primer lugar por la falta de viviendas, de agua y de las condiciones básicas; hoy incluso ya contamos con electrificación. Recuerdo que el 2005, cuando era concejala, el pueblo se encontraba en total abandono; había una falta de empoderamiento de las mujeres en las comunidades indígenas.

Mi trabajo lo enfoqué al área rural indígena chiquitana, a los hombres y mujeres; trabajé para 55 comunidades netamente originarias que conforman mi pueblo porque no tenían salud, los niños tenían desnutrición. Ante esta situación me volví a postular para una segunda legislatura (2010-2015), en la que tuve el respaldo del pueblo.

—¿Actualmente se cumplen esas expectativas y objetivos? 

—Sí, se están cumpliendo. Por ejemplo, en la Asamblea estoy exigiendo las regalías del 10 % que corresponde a los pueblos indígenas, destinado a proyectos de apoyo social, para caminos, no será en un 100 %; pero logramos cubrir algunas necesidades de la comunidad. Para lo demás estamos tocando puertas, haciendo gestiones ante el gobierno nacional, ante las ONG para hacer conocer la infinidad de necesidades que tienen los pueblos indígenas.

—Durante su experiencia como lideresa, dirigente y autoridad, ¿cuáles fueron los logros más importantes que su persona impulsó para el pueblo y la organización que representa?

 —Entre 2012, 2016 a 2019 fue la primera vez que el pueblo chiquitano tuvo una autoridad mujer desde su creación, fui la gran Cacique del pueblo. En 2019 fui candidata a diputada en las elecciones que se anularon, gané mi espacio con un porcentaje de 65,3 % de votación; pero me robaron mi sueño cuando anularon las elecciones. En el ámbito económico impulsé el desarrollo de las comunidades, conseguí proyectos para que los comunarios construyan sus viviendas, gestioné sistemas de agua, de electrificación, planes productivos con ganado porcino y pollo; con proyectos de artesanía elaborados por la comunidad.

Estoy tratando de que se formen microempresas para que esa mujer que sabe pintar, costurar y quiera hacer la ropa chiquita pueda aportar al hogar. Se llevaron a cabo programas de fabricación de mermelada para que la mujer que cocina en el hogar en las tardes pueda preparar mermeladas con los insumos que se cuenta en el lugar, como ser guayaba, papaya y naranja, con esa fruta que muchas veces desperdiciamos en el campo.

—¿Su organización le otorgó apoyo pleno para lograr los objetivos que se había trazado?

—Sí, la organización legítima trabaja día a día conmigo a la cabeza del señor Carlos Huasace y todas las centrales de pueblo chiquitano; pero hace dos años se creó un paralelo de dirigentes que ya cumplieron su mandato y no aceptaron que las bases eligieran un nuevo directorio. Este paralelismo se da por los intereses y apetitos personales, y desde hace dos años sufro acoso y violencia política por parte de estos dirigentes.

—¿Qué leyes y medidas administrativas conoce contra el acoso y violencia política hacia las mujeres? 

 —Conozco la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia (Ley 348), la Ley contra el Acoso y la Violencia Política (Ley 243). Ahora que sufro acoso político me estoy amparando en la 243, a partir de ella hice mi denuncia ante el Tribunal Electoral Departamental (TED); pero lastimosamente no tenemos respuestas de las autoridades, sentimos mucho dolor porque no existe un apoyo fuerte para mujeres políticas, aparte que para muchas es muy difícil porque desde el hogar no se cuenta con el apoyo de la familia.

En ocasiones, las mujeres que ejercen un cargo político y se sienten acosadas y violentadas, terminan separándose del esposo y éste les quita a los hijos; por otra parte, la justicia no nos da un apoyo, no hay una protección hacia la mujer en el ejercicio político, no reconocen el trabajo que realizamos, no hay una institución que nos proteja, que nos dé el apoyo psicológico y jurídico. Realmente necesitamos el apoyo integral porque si no contamos con instancias de protección cada día vamos a ser menos mujeres en la política.

—¿A través de qué medio se informó sobre las leyes y medidas administrativas contra el acoso y violencia política hacia la mujer? 

—Participé en muchos talleres convocados por el TED y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), siempre asistí a las invitaciones recibidas. Leí la Ley contra el Acoso y la Violencia Política y me sorprendí cuando supe que una doctora del TED Santa Cruz realizará una supervisión a una asamblea en la que sabe que quizá me revocarán del cargo que actualmente estoy ocupando.

—¿Al interior de la Asamblea Legislativa Departamental de Santa Cruz cuentan con un mecanismo de prevención o atención para casos de acoso y violencia política? 

—No contamos con mecanismos de protección, pero sí existe la Secretaría de Género, tenemos una hermana en ese cargo. Desde esta Secretaría solicitamos que nos capaciten a través de talleres para bajar y empoderar a nuestras mujeres y hacerles conocer sus derechos para que no sean vulnerados. Llevé adelante talleres de capacitación para mujeres, niños y hombres, con el fin de que aprendan a conocer el respeto y valoren al ser humano que acompaña su vida.

—¿Vio o le comentaron que hostigaron o forzaron a que una autoridad mujer cambie de opinión a la hora de tomar determinada decisión? 

—Sí, en mi pueblo hay dos concejalas que son hostigadas desde el Ejecutivo y las organizaciones sociales para que renuncien y entreguen su cargo a su suplente, que es varón. No pueden moverse porque no les dan viáticos y no les pagan su salario desde el Ejecutivo.

—¿Conoce o sabe sobre malas prácticas en la política o acciones negativas como presiones psicológicas, conductas agresivas o acoso sexual? ¿Hay algún caso al que quiera referirse? 

—Sí, conozco a muchas mujeres que son presionadas psicológicamente, sobre todo en los municipios. Lo que necesitamos son mecanismos de prevención y atención sobre todo en lo psicológico para proteger a la mujer que incursiona en la vida política, nos sentimos indefensas.

—Cuando una mujer tiene que votar o resolver demandas de su pueblo, municipio, departamento u organización, ¿qué prevalece más, la disposición de la organización política, la opinión de los hombres o cada quien decide cómo votar?

—Sería ideal que permitieran que cada quien decida, pero a veces desde el hogar ya vienen direccionadas las decisiones. Si el esposo permite que la mujer asista a la asamblea ya viene con una determinada decisión, muy pocas son las mujeres que asisten y dicen “el voto es mío y yo voy a decidir”. Es ahí donde empieza la agresión, la discordia en el hogar, cuando la esposa empieza a rebelarse o más que rebelarse, a hacerle notar que el voto es nuestro, que la decisión es nuestra, que somos seres humanos pensantes como ellos y que tenemos la capacidad también de decidir.

Pero en las asambleas por nada más se elige y se reelige a varones, por ejemplo: muchas veces el varón permite que la mujer asista a las reuniones de la asamblea porque él se va al chaco a trabajar; pero la decisión ya está direccionada porque el esposo le dijo que tiene que apoyar a tal persona, lo cual está muy mal porque están coartando su derecho a decidir.

Por ejemplo, cuando hay asambleas en las que se va a elegir a un Cacique, les digo a las mujeres que se empoderen, que se paren y digan yo quiero ser Cacique, yo quiero estar en la plancha; pero dicen “no hermana, mi esposo no me va a permitir, además ya me dijo que tenemos que apoyar al Juan Pérez (nombre ficticio). Mi marido me dice que yo soy mujer y tengo que dedicarme a mi hogar; tengo que lavar, planchar, cocinar y cuidar a las wawas”.

—Cuando en su organización hay reclamos por malversación de fondos, actos de corrupción u otros, ¿su opinión es tomada en cuenta?

 —De algunas mujeres sí, muchas veces se negocia por debajo, es el caso de este paralelismo que fue cambiado porque estaba tomándose los recursos del pueblo chiquitano que eran de regalías; como yo denuncié como fiscalizadora, como asambleísta, éste se la agarró conmigo y dijo que no va a descansar hasta sacarme. Mi ‘delito’ fue denunciar a esos malos dirigentes que se estaban gastando las regalías, (no hubiera pasado esto) si me quedaba con la boca cerrada y no fiscalizaba los recursos en ese momento.

—Desde su experiencia, ¿qué cosas positivas puede destacar sobre el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres?

—Si me revocan de mi cargo me voy con la satisfacción de haber alcanzado los espacios que un día soñé en la vida, cuando no tenía muchas veces ni para comer, fui Concejala, Alcaldesa y llegué a ser asambleísta electa. También demostré a la Chiquitania, a Santa Cruz y al mundo que las mujeres que venimos de abajo incluso sin ser profesionales, como es mi caso, podemos alcanzar espacios de representatividad, que tenemos capacidad y fuerza para hacer las cosas bien, para empoderarnos y aprender.

Las mujeres podemos hacer un papel quizás mucho mejor que un profesional, con honestidad, responsabilidad y principios de respeto; yo nunca tuve un problema en el hogar porque marqué mi trabajo con el respeto. Logré ser un ejemplo para muchas mujeres porque dicen “yo quiero ser como usted”. Me satisface el hecho de lograr que muchas mujeres se empoderaron y hoy son dirigentes; en Roboré y en San Miguel de Velasco las caciques son mujeres. Creo que soy un ejemplo de guía para que muchas mujeres se atrevan y digan: “Yo puedo, si Gil pudo alcanzar sus metas con un hogar de cuatro hijos, ¿por qué nosotras no podemos alcanzar las metas que nos trazamos?”.

—Ante los problemas que comenta, ¿cuáles serían las medidas que debe tomar el gobierno local, departamental, nacional o autónomo indígena originario campesino?

—La primera medida que yo creo que debe tomar el gobierno nacional, departamental, regional y municipal es abrir espacios de protección para las mujeres, que toda mujer que ingresa a la política esté protegida, que la normativa y las leyes que el gobierno implementa se cumplan, que yo mañana pueda ir y decir “estoy sufriendo acoso” y me digan “aquí está la psicóloga, el abogado que le va a escuchar, que le va a acompañar”; ahí sí estaríamos siendo escuchadas por el gobierno.

Que no solamente nos utilicen políticamente y después nos dejen a nuestra suerte, porque eso siento yo, que nos utilizan. Ahora, si bien las leyes establecen la paridad entre hombres y mujeres, en la práctica esa disposición no se cumple. A nosotras las mujeres nos dejan abandonadas a nuestra suerte, los hombres son muy machistas, nos bajonean piensan que no tenemos capacidad de asumir cargos en igualdad de condiciones, por eso muchas veces nos quitan nuestro curul. Entonces el gobierno nacional debería implementar leyes de acompañamiento y protección a la mujer en política.

—¿Qué medidas concretas se puede impulsar para que las mujeres ejerzan su derecho a la participación de manera paritaria, sin los obstáculos que usted señala? 

—El Estado debe enmarcarse en el cumplimiento de las leyes que dicta, que se cumpla la paridad en la presentación de candidaturas y se ponga en práctica la Ley contra el Acoso y la Violencia Política. Por el hecho de que la ley no se cumple muchas mujeres decidieron declinar, otras dicen “para qué me voy a meter a la política si nos van a revocar o nos quitan el cargo los suplentes”.

El día que haya seguridad para la mujer política vamos a tener más del 50 % de mujeres incluidas en el ejercicio político, hoy en día no hay seguridad para la mujer que incursiona en la política. La mujer juega un rol mucho más responsable que el varón porque somos conductoras de nuestro hogar y vamos a ser conductoras del lugar que estamos representando.

—En su criterio, ¿cómo avanza la implementación de leyes, políticas y todo lo relacionado con la participación paritaria?

—Si bien las leyes fueron promulgadas, no se está avanzando. La participación paritaria es solamente para que incluyan a mujeres en la lista de candidatos (plancha) sea un varón o una mujer, una mujer o un varón; pero después nos dejan a nuestra suerte, no hay un acompañamiento. Agradezco esta entrevista porque si no dónde podemos ir a decir esto que estoy diciendo ahora.

—Desde su percepción, ¿qué logros o experiencias positivas tiene la participación de la mujer en política?

—Considero como logro positivo el que podamos ser un reflejo para las nuevas generaciones; demostrar que la mujer puede ser mamá, autoridad y conductora de una organización política, y al interior de la instancia que nos toca representar; pero para alcanzar esos logros tenemos que tener un acompañamiento de empoderamiento de las mujeres por parte del Estado.

—¿Qué logros o experiencias positivas conoce gracias a la aplicación de leyes y medidas administrativas contra el acoso y violencia política hacia las mujeres?

 —No conozco, pero si el sábado 15 de junio no logran sacarme de mi cargo ahí sí se marcará historia en la aplicación de las leyes y normativas, porque yo denuncié el acoso y violencia política que estoy sufriendo.

—¿Los horarios de reuniones o actividades políticas como ser viajes a otros departamentos, inauguraciones, eventos festivos, ceremonias en comunidades son adecuados para usted o podrían ser de otra forma? 

—Yo supe acomodarme a los horarios, porque cuando fui posesionada en el cargo asumí un compromiso que era trabajo, trabajo y más trabajo. Yo no les prometí electrificación, vivienda, caminos porque eso viene dentro de la gestión que uno realiza, si eres una buena autoridad vienes comprometida a trabajar, vas a conseguir vivienda, caminos, perforaciones de pozos. Yo ante el pueblo me comprometí a trabajar y trabajar, y eso lo honro cada día, basada en ese compromiso para mí no hay sábado ni domingo; si ellos me convocan en sábado o domingo ahí estoy presente.

Yo no digo a mí solo me pagan de lunes a viernes, sábado y domingo para mi familia, no. Yo no tengo tiempo para mi familia, algunos fines de semana estoy con ellos; pero tengo la satisfacción de que estoy cumpliendo con el trabajo que prometí a mi pueblo.

—¿Conoce alguna pareja que haya tenido conflictos familiares o una separación porque la mujer participa en política?

 —Tengo una colega asambleísta que se separó de su esposo, le he visto llorar, sufrir, porque el esposo no entendía que ella es autoridad. Y en mi caso, gracias a Dios y al cielo, nunca tuve ese problema, tengo la suerte de tener un compañero de vida que me acompaña cada día; pero sí conozco muchos casos de mujeres que terminaron solas incluso sin los hijos, porque el esposo no solo se separa, sino les coarta el derecho a sus hijos. Les condicionan, les dicen “o sigues con tu bendita política o te dedicas a tu hogar”. Hay mujeres corajudas que han dicho que sus sueños no los trunca un hombre, yo voy a seguir detrás de mis sueños políticos.

—¿Le gustaría seguir una carrera política? ¿Qué cargo quisiera asumir? ¿Contaría con el apoyo de sus familiares? 

—El sueño que tengo es alcanzar una diputación, el 2019 fui electa diputada y se coartó ese derecho porque anularon las elecciones. Hoy en día la política se convirtió en un mercantilismo porque los dirigentes ya no miran el potencial que uno tiene como persona, ven si tienes plata para darles, y no debería ser así.

Deberían valorar y reconocer el trabajo que se realiza porque finalmente es la gente de tu pueblo, tu comunidad, las bases, quienes van a votar y te van a dar el apoyo para llevarte a ese espacio al que estás postulando, por ellos tienes que trabajar cada día comprometida; pero muchas veces te piden 5.000 dólares, 100.000 dólares, eso no me gusta, no trabajo así porque yo no pido ni un peso a nadie, no hay que lucrar con la necesidad de la gente.