De la palabra a la accion, participacion democratica y comunicacion de las mujeres activistas en Tarija

De la palabra a la accion, participacion democratica y comunicacion de las mujeres activistas en Tarija

Karina Olarte Quiroz

Resumen

La participación activa de las mujeres en las organizaciones de la sociedad civil configura un marco de intervención democrática emergente en las sociedades actuales, en la región y en Bolivia en particular. En ese contexto, en los últimos años la ciudad de Tarija es un escenario donde se evidenció dicha emergencia en prácticas discursivas, artísticas y performativas, entre otras, con un contenido de denuncia y demanda de justicia ante el ejercicio de la violencia. Estas experiencias se convierten en una forma de representar la palabra en acción.

El presente artículo tiene como objetivo describir y analizar la forma de participación y expresión comunicativa, expresada en el marco de un escenario democrático a partir de las visiones de activistas feministas de diferentes organizaciones sociales-ciudadanas. Utiliza la entrevista y el análisis documental como fuente primaria de información, y como principal resultado permite conocer y recorrer las experiencias de participación y comunicación política explícitas de mujeres activistas durante los últimos años en Tarija.

Palabras clave interactivas:

Violencia política hacia las mujeres, un problema global

La palabra y la acción. Por una dialéctica de la liberación es la publicación de la tesis de doctorado en filosofía realizada por el comunicólogo Jesús Martín-Barbero en 1972 y publicada por la Pontificia Universidad Javeriana en 2018. La publicación, aunque marca una real distancia de cinco décadas hasta la actualidad, da cuenta del mundo de las ‘ideas y prácticas’ vinculadas a la posibilidad de la liberación, como el mismo autor explica.

La distancia de este periodo es lo de menos, pues la referencia del autor invita a comprender la cultura a partir de lo que él mismo denomina un “escalofrío epistemológico”3 que es útil hasta el día de hoy para interpretar la profundidad de la cultura y la forma de comunicarla. 3 Jesús Martín-Barbero describe este “escalofrío epistemológico” como el único verdadero descubrimiento que se sucede en una sala de cine en Colombia, donde viendo La ley del monte reconoce la honda cultura de los otros; cuando para unos la película producía risas y aburrimiento, para otros –hombres de clases populares– disfrute y sufrimiento. Era la cultura popular (Martín-Barbero, 2018: 14).

En los últimos años, la antropología y la sociología feminista realizan un acercamiento a lo que se hace y se dice en el campo de la lucha por los derechos de las mujeres. Se trata de la palabra y la acción, como diría Martín-Barbero, que recupera en discursos y prácticas situadas no solo desde las voces de mujeres, sino desde los mismos territorios que convergen en realidades conflictuadas por la violencia de género.

Si bien la data sobre los inicios de las acciones de organizaciones feministas en el país se reporta después de la década de los 20 en el siglo XX, es evidente que las acciones de las mujeres en los movimientos indígenas en Los Andes, o Alto Perú, y en la República son consideradas clave para entender las diversas luchas no solo de visibilización de los derechos de las mujeres, sino también la forma de participación ciudadana y, más adelante, el reclamo de una vida sin violencia. La historiografía boliviana devela la poca presencia o interpretación de los roles y desempeño de las mujeres en la época colonial y prehispánica, inclusive. Sin embargo, esto no significa que las mujeres bolivianas no hayan tenido desempeños preponderantes a lo largo de la historia.

La Coordinadora de la Mujer (2006) da cuenta de la presencia y acción de mujeres, tanto en espacios e hitos políticos e históricos del país como en escenarios de la vida cotidiana, sobre todo en el campo laboral. El documento parte de la época colonial —las mismas autoras afirman que no existen suficientes datos sobre la época prehispánica— y recorre momentos importantes desde la constitución de la República, la crisis de fines del siglo XIX, la Guerra del Chaco, la Revolución Nacional, los años 60 y 80 del siglo XX, y el inicial quinquenio del siglo XXI. Según Velásquez (2021):

El Ateneo Femenino organizó en 1925 una primera Convención de Feministas que reunió a una comisión con el fin de analizar la Constitución para incluir el derecho de voto para las mujeres que sabían leer y escribir. Y en 1929 convocó “a la denominada Convención Femenina”. En esta participaron la Federación Obrera del Trabajo (FOT), la Federación Obrera Femenina (FOF) y del Sindicato Femenino de Oficios Varios. Según la autora, esta convención fracasó “puesto que hubo discordancias entre las mujeres de los centros femeninos y las mujeres sindicalistas en cuanto a objetivos, reivindicaciones e incluso concepciones del lugar que ocupaban las mujeres en la sociedad.

Por la lógica que plantea el texto de la Coordinadora de la Mujer, se puede comprender que la clase social y el origen fueron variables determinantes para el rol y lugar de las mujeres en la Colonia: españolas y criollas marcan el reconocimiento de la Corona hacia su posición y beneficios en la tierra conquistada. Sin embargo, en medio de algunos privilegios emerge la luchadora acción de mujeres indígenas siempre al lado de su pareja y siguiendo las tradiciones generacionales. Se destacan mujeres en actividades agrícolas, palliris, vendedoras, trabajadoras del hogar y también trabajadoras sexuales.

Paralelamente, en el resto del mundo, tanto la Revolución Francesa como la Revolución Industrial son determinantes para describir y comprender el rol de las mujeres en el ámbito laboral como en la lucha por los derechos, como en el reconocimiento de la ciudadanía real. Entre 1825 y finales del siglo XX se destaca el logro de diferentes ciudadanías porque las mujeres no eran reconocidas como ciudadanas, mientras aún se practicaba el ejercicio de autoridad a través de figuras como la patria potestad. Sin embargo, para hacer referencia al inicio de las acciones organizadas en 1921 apareció el primer número de Feminiflor, publicación gestada desde el Centro Artístico e Intelectual de Señoritas de Oruro, fundado en 1921 por Laura Graciela de la Rosa Torres y Betsabé Salmón.

Durante la Guerra del Chaco, los roles de las mujeres fueron diversos y su acción en el campo de la beneficencia, enfermería y espionaje, entre otros. Asimismo, su presencia en el ámbito laboral y los espacios que antes ocupaban los hombres fueron parte de los desafíos de sus vidas. Con relación al feminismo como movimiento social o nuevo feminismo, Gamba (2008) explica que al finalizar la Segunda Guerra Mundial las mujeres consiguieron el derecho al voto en casi todos los países europeos; pero paralelamente se produjo un reflujo de las luchas feministas (Olarte et al., 2018). El denominado nuevo feminismo comienza a fines de los 60 del siglo XX en EEUU y Europa, y se inscribe dentro de los movimientos sociales surgidos durante esa década en los países más desarrollados.

Los ejes temáticos que plantea son la redefinición del concepto de patriarcado, el análisis de los orígenes de la opresión de la mujer, el rol de la familia, la división sexual del trabajo y el trabajo doméstico, la sexualidad, la reformulación de la separación de espacios público y privado —a partir del eslogan “lo personal es político”— y el estudio de la vida cotidiana. Se planteó que no puede darse un cambio social en las estructuras económicas si no se produce a la vez una transformación de las relaciones entre los sexos. La autora afirma que en América Latina el sufragismo no tuvo la misma relevancia que en EEUU y Europa, pues en general la participación se redujo a sectores de las élites. Tampoco las agrupaciones de mujeres socialistas lograron un eco suficiente.

Así, las feministas bolivianas jamás realizaron acciones tan radicales y espectaculares como las de las “sufragistas” inglesas que no dudaban en realizar huelgas de hambre exigiendo el derecho al voto, quemar y destruir espacios y símbolos públicos, lanzar piedras a los edificios del gobierno, etc., acciones que las enfrentaron de manera constante y violenta con la Policía y que las llevaron muchas veces a ser encarceladas. Las feministas bolivianas actuaban de manera legal y pacífica, no solo publicando revistas en las que aparecían sus reivindicaciones, sino también tratando de ejercer influencia en sus padres y maridos, que muchas veces eran políticos de mucha importancia, es el caso de Daniel Sánchez Bustamante, padre de María Luisa Sánchez Bustamante y que dirigió el gabinete que gobernó el país transitoriamente después de la caída de Siles en 1930 (Álvarez, citada por Gamba, 2008). Estas posturas renovadas del feminismo nos posibilitan pensar en las acciones y lucha que se dan en el marco de los activismos femeninos en Bolivia.

Un breve acercamiento historico

Actualmente existen vulneraciones al ejercicio de los derechos políticos de las mujeres autoridades electas o designadas, ya sea de forma directa o indirecta, a través de diferentes acciones como ser: limitar su desenvolvimiento y el ejercicio de los cargos que ocupan; imponer sanciones injustas; restringir sus opiniones y libre expresión; discriminar por razones de género o político-partidarias (por ejemplo, pertenecer a una determinada organización política, especialmente de oposición); divulgar información privada por redes sociales y otros delitos.

Con frecuencia, detrás de muchas de estas acciones se encuentran autoridades suplentes que buscan la renuncia de las autoridades mujeres titulares.

Así, por ejemplo, cuando las autoridades electas no hacen caso a estas acciones que buscan limitar o frenar el ejercicio pleno de sus derechos políticos, los hombres aprovechan estos espacios (cabildos, asambleas, congresos y otros) para desprestigiarlas, intimidarlas y coaccionarlas para que renuncien, en muchas ocasiones incluso les niegan la palabra para defenderse y las amenazan con violencia física. Cuando una concejala denuncia acoso ante cualquier instancia, muchas veces es acusada por su comunidad de cometer un delito con el falso argumento de que, al hacer pública la denuncia, estarían siendo mellados el nombre y/o imagen del municipio.

Por otra parte, es muy frecuente que, por temor a las represalias o consecuencias, muchas autoridades prefieran no denunciar y guardar silencio. Un ejemplo de ello es el caso de la concejala Bernardina R.T., del municipio Waldo Ballivián del departamento de La Paz, que denunció por medios radiales un caso de acoso y violencia política en su contra (Erbol, 2022).

Ante esta situación, algunas personas de su municipio reaccionaron en su contra y convocaron a un cabildo con la finalidad de determinar la pérdida de confianza hacia ella por un supuesto abandono de sus funciones, aspecto que fue puesto en conocimiento del TED La Paz mediante nota de fecha 15 de agosto de 2022. Respecto a la justicia indígena originario campesina, la Ley 243 establece lo siguiente en su artículo 21, parágrafo II: “Cuando el caso así lo exija se establecerán los mecanismos de coordinación y cooperación con la Jurisdicción Indígena Originaria Campesina”, lo que quiere decir que la justicia ordinaria actuará en cooperación y coordinación con la justicia indígena originario campesina.

Por otro lado, el Reglamento 2935 de la Ley 243, en su disposición adicional tercera, parágrafo II, establece: “Las mujeres autoridades indígenas originarios campesinos, en situación de acoso y violencia política, podrán presentar sus denuncias en la jurisdicción ordinaria o constitucional cuando corresponda”, lo que quiere decir que los casos de acoso y violencia política deben ser denunciados ante la justicia ordinaria. Por otro lado, la Ley 073 de Deslinde Jurisdiccional indica lo siguiente en su artículo 5, parágrafo IV: “Todas las jurisdicciones reconocidas constitucionalmente, prohíben y sancionan toda forma de violencia contra niñas, niños, adolescentes y mujeres. Es ilegal cualquier conciliación respecto de este tema”.

Asimismo, los artículos 13, 14, 15 y 16 reconocen los mecanismos de coordinación y cooperación con las demás jurisdicciones legalmente reconocidas en el Estado boliviano, con el fin de cooperarse mutuamente para el cumplimiento de sus objetivos. De acuerdo con la tabla 2, relacionada con las denuncias de acoso y violencia política recibidas por el TED La Paz entre las gestiones 2017 a julio de 2022, se puede evidenciar que existen 57 casos en total2 , de los cuales un gran porcentaje fue rechazado debido a varios factores, por ejemplo, el económico. Es decir, las víctimas no logran contratar abogados pese a que en el Reglamento 2935 de la Ley 243 se establece el patrocinio legal gratuito de parte de los Servicios Integrales de Justicia Plurinacional (Sijplu) y el Servicio Plurinacional de Asistencia a la Víctima 3 Las partes denunciantes temen dar información completa por posibles represalias de sus autoridades. (Sepdavi). No obstante, pocas mujeres son beneficiadas actualmente con esta disposición debido a que, si bien sí presentan las solicitudes correspondientes para acceder a los servicios gratuitos, el trámite es moroso y finalmente muchas denuncias concluyen sin la debida atención y asistencia.

La violencia en clave feminista, acercamiento al campo de la palabra y la violencia

El acercamiento que nos propusimos fue enlazar palabras y acciones de mujeres en Tarija, marcar una sintonía de sus voces y desafíos en medio de una sociedad con muchos inconformismos y con voces diversas que escuchar. Las entrevistas semiestructuradas aplicadas a dirigentes de diferentes colectivos proponen pensar en la acción femenina como una manera de dibujar las experiencias de participación política de las mujeres como hechos de constatación comunicacional y en ejercicio de los derechos políticos libres. El interés también parte por el hecho de reconocer que las acciones de defensa de los derechos de las mujeres cobran importancia discursiva y de enunciación desde diferentes momentos.

Olarte, Van der Valk y Forte afirman:

La lucha por los derechos humanos de las mujeres y la lucha contra la violencia machista y el feminicidio se convirtieron en la bandera de acción política que toma forma y presencia en espacios y discursos de manera enunciativa y modal, presentando como una estrategia de comunicar alternativas a través de los manifiestos, acciones públicas de sensibilización y denuncia, entre otras. Los discursos y los espacios emitidos en momentos como el 8 de marzo y el 25 de noviembre, liderados por la Red Departamental contra la Violencia hacia las Mujeres-Tarija y por el Colectivo Ni Una Menos Tarija son amplificados por los discursos mediáticos publicados en los principales medios de prensa en relación a ambos momentos no solo como en su rol informador, sino también adheridos a la causa desde una postura analítica e interpeladora, como es el caso de la publicación de editoriales, reportajes, notas centrales y convocatorias a las actividades (2018: 238-239).

A partir del análisis se puede constatar que ambos escenarios discursivos son parte del accionar del movimiento de mujeres que logran posicionar el discurso alternativo al discurso dominante, resistiendo, interpelando y denunciando una realidad que golpea y sensibiliza a la sociedad y al Estado, con lo que se hace frente a conceptos y prácticas machistas, misóginas y estereotipadas que se reproducen en la cultura e identidad local y nacional. Por ello, es determinante analizar la forma en la que algunos colectivos forjan un movimiento de participación política durante los últimos años.

Con el objetivo de conocer estas experiencias se entrevistó a mujeres de los siguientes colectivos y organizaciones: Ni Una Menos, Ensamble Imaybé, Ivaginarias, Mochas Copleras y Red de Lucha contra la Violencia de Tarija.

Acercamiento al movimiento comtemporaneo de muejres en Tarija

Desde las voces de las jóvenes dirigentes de algunos colectivos que defienden los derechos de las mujeres, la autoidentificación pasa por reconocer el estado de situación de la sociedad, de las inconformidades frente a un sistema patriarcal violento, con falta de justicia oportuna y transparente.

El movimiento feminista en Tarija nace a partir de importantes liderazgos jóvenes que emprendieron proyectos que han marcado historia a través de instituciones como el Equipo de Comunicación Alternativa con Mujeres (ECAM), junto a Mariel Paz, o el Centro de Capacitación e Investigación de Mujeres Campesinas de  Tarija (Ccimcat), con Celinda Sosa, emblemáticas en la lucha y defensa de los derechos humanos de las mujeres, aunque en su momento no se identificaban como feministas de manera institucional. Sin embargo, en los últimos años y tras del nacimiento del colectivo Ni Una Menos, producto del movimiento latinoamericano que surgió en contra de los feminicidios, existe un importante recambio generacional de las figuras representativas del feminismo en Tarija, a partir de liderazgos que han surgido de colectivos como Ni Una Menos, Ivaginarias, Mochas Copleras, voces disidentes desde los Colectivos TLGBI+, representantes de PAN y Rosas, entre otras, varias ellas han asumido una posición directa feminista siendo en su mayoría jóvenes (C. Mamani, comunicación personal, 2022).

Para Mariel Paz, de la Red de Lucha contra la Violencia de Tarija, el nacimiento del feminismo en este departamento tiene vertientes diversas: Los clubes y centros de madres de la década de los 80, el movimiento clandestino de las líderes campesinas de Tarija también en los 80 con la finalidad de articular al campesinado, las mujeres universitarias militantes de los frentes de izquierda en la década de los 90, las ONG de mujeres con fuerte presencia desde inicios de los 90 y luego los grupos que recibieron el influjo de la ola feminista continental ya en la década 2010-2020 (M. Paz, comunicación personal, 2021).

Entonces, el surgimiento de las acciones feministas en Tarija se enmarca en lógicas institucionales, organizaciones de mujeres como los centros de madres, organizaciones universitarias y Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Las acciones iniciales tienen que ver con cinco décadas que permiten apreciar acciones concretas en favor de las mujeres y la diversidad de situaciones que viven como madres, trabajadoras, universitarias, entre otros.

Los motivos, la conformidad colectiva

La inconformidad colectiva hace eco en las acciones y voces de las jóvenes activistas. Su forma de lucha es diferente, diversa, es con la palabra, la voz, el cuerpo y el arte.

La manera de articularnos con las chicas ha sido espectacular, porque hemos logrado generar otro tipo de movida para hacer escuchar realmente las voces en las que hemos puesto el cuerpo y hemos comenzado con esta campaña ni bien comenzó la pandemia después de poco tiempo de conocernos, después de poco tiempo de articularnos, realmente fue muy fuerte, yo creo que la pandemia nos ha tocado vivir tiempos muy difíciles; pero lo lindo de todo esto es que la articulación realmente se ha fortalecido y hemos logrado hacer todas estas denuncias porque hemos comenzado con esta campaña y creo que ha sido una de las más fuertes, porque estuvimos más de ocho meses todos los días denunciando lo que pasa en nuestro país, en nuestro departamento.

El tema de violencia, de cómo se incrementó la violencia a partir del confinamiento y toda la payasada que pasó con el gobierno sobre declarar años de lucha contra la violencia sin destinar recursos. Eso nos ha fortalecido mucho no solamente como Ivaginarias en Tarija, sino también a nivel nacional, porque hemos logrado ser parte también de la Articulación Sororidad Bolivia (D. Rodríguez, comunicación personal, 2022).

La incomodidad llama a la conciencia para actuar y visibilizar aquellos elementos que no pueden componerse en el campo social de manera ligera, se trata de incomodar para actuar y exigir respuestas oportunas y certeras frente a la inconformidad. Esa es la forma de construir la participación política en la actualidad. Cualquier movimiento, cualquier movida que salga de lo hegemónico o de cualquier protesta tiene universalmente dos reacciones.

La primera, que es un llamado a la conciencia y la otra es una incomodidad. A partir de esas dos visiones volvemos y se mueve un montón de gente e ideas, políticas y cuerpos políticos en la esfera de los que se identifican con la lucha con este movimiento y con la manifestación. Actuar con conciencia, gritar para hacer escuchar y estar como mujeres para incomodar a un sistema patriarcal es parte de la consigna de lucha y trabajo de numerosas formas de expresar la incomodidad.

A partir de los millones de interpretaciones y sentires, nos universalizamos y nos singularizamos, nos encontramos en las calles, una marcha, un movimiento o una idea no sirve de absolutamente nada si no hay conciencia. No esperamos ganancias, nosotros creamos conciencia, sino no queremos nada y del otro lado está la incomodidad que retumba en un sistema estructurado patriarcal, ¿por qué incomodamos?, primero porque somos mujeres jóvenes, entonces ahí existen dos tabúes, dos estigmas que se nos asignan: ser mujeres porque una “mujer bien” no grita, no reclama, siempre dice gracias, entonces salimos de ese esquema nos rompemos, salimos del esquema de que las jóvenes, las adolescentes y las niñas no tienen voz. (N. Humacata, comunicación personal, 2022)

¿Interpelar a quién? ¿A todos, al mundo, a la sociedad? La interpelación tiene destinatarios, va dirigida a un sistema social, de justicia, político-económico que vulnera derechos de las mujeres. La interpelación se marca por la enunciación a un sujeto institucional que representa a la población, pero que no permite su defensa ni ejercicio pleno de derechos.

Interpela al poder constituido cuando haciendo uso de su poder vulnera derechos, interpela a la Policía altamente cuestionada por socapar violencias, interpela al sistema de justicia que no sanciona para sanar a las víctimas, interpela a todos los machos patriarcas que expresan violencia y opresión contra la vida y los cuerpos de las mujeres, interpela toda violencia y abuso de poder. (C. Mamani, comunicación personal, 2022)

Las ciudades perfomativas

La ciudad, sus calles, sus plazas y espacios, de la acción y presencia pública se convierten en los espacios de enunciación, como indican Feenstra y Verzero:

La noción de ciudades performativas propone una perspectiva de análisis que pone el foco en el carácter performativo del espacio urbano; es decir, en la capacidad de “hacer algo” de las prácticas que en él se realizan. (2020: 14)

En la plaza se lee el manifiesto, se marcha por las calles, se rinde homenajes en el cementerio a las que ya no están y se hace vigilias frente a las instituciones públicas encargadas de sancionar los hechos de violencia, feminicidio y vulneración de los derechos de las mujeres.

El movimiento feminista Mochas Copleras, de Tarija, desarrolla intervenciones callejeras para la interpelación de la violencia expresada en la vida y los cuerpos de las mujeres, así como la exigencia de la despenalización del aborto y la construcción de memorias colectivas del valor protagónico de las mujeres en la historia, la denuncia de cualquier expresión de opresión que la alianza criminal entre el capital y patriarcado tienen sobre la vida de las mujeres de todas las edades. Las intervenciones callejeras toman la copla “rítmica tradicional de Tarija” como un instrumento de expresión. En este sentido, cuando las mochas hacen una intervención callejera verán mujeres que están cantando incomodando e interpelando. (C. Mamani, comunicación personal, 2022)

¿El amor causa revolución?, ¿se puede interpelar en amor? La relación del discurso entre el enunciador y su destinatario se torna en una lógica de interlocución que desde la emisión busca una respuesta certera, una acción profunda y conmovedora de respuesta. Jesús Martín-Barbero explica que “en el proceso de liberación, millones de hombres en América Latina comienzan a tomar conciencia de lo que les impide ser ‘sujetos’ de su historia e inician la lucha para liberarse de una opresión secular y asfixiante” (2018: 19).

Y justamente esta postura es la que marca la necesidad de dicha liberación, un reclamo en amor y compromiso.

Les invitamos con todo el amor del mundo a todos, a toda la sociedad civil, a quienes nos proclamamos porque no pedimos por favor que nos escuchen, sino que estamos gritando que aquí estamos. Nos dirigimos al Estado, a la justicia, la Asamblea, a la Policía como dice la canción “al Estado, los judiciales a la Policía”, a pesar de que de todo lo que no hacen es como un llamado de este movimiento como una revolución del amor que decimos por favor ¡basta!. (N. Humacata, comunicación personal, 2022)

Cuando en Chile, México, Francia y España las mujeres salieron a las calles a cantar Un violador en tu camino, las integrantes y fundadoras del colectivo Las Tesis: Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres, originarias de Valparaíso, Chile, sintieron que “se les fue de las manos” ya que miles de mujeres se apropiaron de la canción y de la performance en países diversos del mundo. Muchas voces y cuerpos se levantaron en las calles, en las plazas, en las redes sociales digitales entonando e interpretando Un violador en tu camino. Afirman en una publicación de Amnistía Internacional (2019): “Nos llamamos Las Tesis porque nuestra premisa es usar tesis de teóricas feministas y llevarlas a puestas en escena para que se difunda este mensaje”. Una declaración que significa no quedarse con un discurso sin sentido, sino una forma de mostrar por la acción, el cuerpo y la voz la denuncia de la violencia hacia las mujeres y lo pendiente que está del quehacer público. En esta lógica, la performatividad de género alcanza los rasgos de expresión de actos corporales con sentido y significación. Canción sin miedo es otra de las prácticas performativas que se desarrollan en esta lógica y que en Tarija no se queda en la ausencia. México primero, luego los países de América Latina y las ciudades como Tarija entonan un himno de reivindicación y de lucha sororal: “Que tiemble el Estado, los cielos, las calles. Que tiemblen los jueces y los judiciales. Hoy a las mujeres nos quitan la calma. Nos sembraron miedo, nos crecieron alas” (Quintana, 2020).

Bajo el liderazgo de Ensamble Imaybé (2021), los arreglos pusieron en contexto la palabra y acción, desde las voces de mujeres tarijeñas reclamando justicia por las que ya no están vivas:

Yo no canto por cantar, la viditay, paloma del alma… chaqueñas, chapacas y cuñas unidas… soy Gladys, Carla, Edith y soy Ivana, soy Rita, Carmen, Noelia y Omaira. Somos libres cual libre es el cóndor que el espacio recorre veloz.

La Plaza, la calle, el lugar de enunciacion

El espacio territorial de acción es la ciudad de Tarija, la plaza, el parque, el mercado o cualquier espacio público de encuentro, las protagonistas son las integrantes de las Mochas Copleras, en su mayoría mujeres jóvenes de diversa orientación sexual, de barrios, de otras organizaciones. (C. Mamani, comunicación personal, 2022)

¿Es el espacio público un espacio exclusivo para los adultos? La mirada adultocéntrica sobre todo lo que rige el orden social se comienza a resquebrajar porque ese espacio ya no es más sacralizado, ahora se convierte en el espacio de enunciación, en la plaza, en la calle, en las veredas de las instituciones públicas.

Siempre había movida juvenil en Tarija, eso es algo que hay que reconocerlo, desde la inspiración de los colectivos que estaban conformados, como ser: Ni una Menos Tarija, Mochas Copleras, el movimiento LGBTQ. Siempre ha habido movida juvenil; pero desde el 8 de marzo 2019, antes de la pandemia, nace de una inconformidad colectiva, es el hecho de agarrar las calles tomar el espacio público con nuestros cuerpos, con nuestras voces en una sociedad que mira al joven, al adolescente y a la niña, niño como algo inferior, como algo que está ahí; pero que no está.

Entonces a partir de esa inconformidad, a partir de que solamente el adultocentrismo y el adulto tiene la vida en las áreas, en la vida política y en la vida social de Tarija, creo que ya nadie más tenía que hablar por nuestra cuenta, nadie más tenía que hablar por nosotros y ahí. Entonces en una articulación bastante espontánea, bastante auto convocada, bastante autogestionada, también nace el 8 de marzo de 2019. (N. Humacata, comunicación personal, 2022)

El arte expresion, comunicaicon, denuncia

La performatividad de las ciudades en sus vínculos con las prácticas artísticas toma cuerpo cuando se reconoce que las formas de protesta se convierten en formas privilegiadas de expresión.

Las prácticas artísticas constituyen un actor privilegiado para la generación de cambios en la ciudad, a partir del establecimiento de relaciones con el pasado reciente. Una intervención en el espacio público, por ejemplo, constituye tal vez el más claro ejemplo de este planteamiento, puesto que influye de manera evidente en la transformación momentánea de la ciudad. No resulta complejo pensar cómo una intervención efímera modifica por un breve lapso de tiempo cierto sector urbano, interrumpiendo la cotidianeidad y transformando a los transeúntes en espectadores. (Feenstra y Verzero, 2020: 18-19)

El canto, el grafiti, la pintura, el periodismo, el dibujo, la performatividad del cuerpo en el teatro y otras acciones de expresión artística hoy tienen la identidad de las luchas feministas, de las voces de reivindicación de los derechos de las mujeres y de la denuncia de la violencia contra las mujeres.

Se trata de poner el cuerpo en las calles, realizar marchas plantones y manifestaciones culturales. Sin embargo, yo he encontrado mi lucha en la música, no solo en el arte, porque la música es un instrumento social y político que me permite expresar y alzar mi voz, ya que hablar da mucho así como leer un manifiesto, provoca nervios, hay mucha gente. Empecé a usar la música como este instrumento social y político que es para aprovechar esa influencia, conectarnos con esa memoria ancestral, porque llevamos el ritmo en el cuerpo, llevamos un ritmo del corazón y no es casualidad. Entonces, a partir de estos elementos lo primero que percibimos nos llama la atención.

Si una marcha nos llama la atención, un coro de algo nos llama la atención mucho más, por ello debemos repetir varias veces que una consigna nos llama la atención y nos interpela porque me pongo a pensar que dice, entonces puedo ir a lo más específico. La canción Sin miedo es una marcha, históricamente ha sido lo que la marcha ha acompañado en las protestas sociales, entonces esta canción es un himno para mí y algo que universaliza las protestas porque habla de todas y defiende a todas que son criminalizadas por luchar. Hay otras compañeras que pintan, otras grafitean, otras son periodistas, algunas son políticas con verdadera representación. (N. Humacata, comunicación personal, 2022)

La música, las voces y el arte no solo interpelan hacia afuera, también lo hacen de manera interna a las propias jóvenes que son parte de los movimientos, colectivos y organizaciones de mujeres. Se trata de una interlocución que teje una manera de comunicación hacia afuera, con el otro, de manera interpersonal, y hacia adentro, una comunicación intrapersonal. La ductilidad del arte y de la música tiene este sentido de comunicar en varios sentidos, logrando un proceso completo y complejo a la vez.

Comprender la música como este instrumento político y de lucha es algo que realmente ha movido mucho el movimiento feminista en Tarija porque se han comenzado a interesar, por analizar lo que estás consumiendo, lo que estás escuchando, lo que estás reproduciendo. Al final, influye también en nuestra forma de ser, forma de vida, incluso en nuestra forma de ver las cosas en todo sentido. Entonces nos interpelamos también desde algo que parece tan básico y cotidiano ya que todos escuchamos a diario; pero ¿realmente analizamos los contenidos que consumimos?, entonces fue también una interpelación y no solamente para afuera, sino de manera interna todo lo que ha hecho Natalia con el arte y la música, ha sido una manera de interpelarnos y de decir que hay mil formas de manifestarnos. Siempre nacen nuevas cosas, de cómo expresarnos y de cómo hacer escuchar nuestras voces. (D. Rodríguez, comunicación personal, 2022)

Un cierre para poner en valor

La participación democrática de las mujeres en las organizaciones de defensa de sus derechos cobra un valor importante en la contemporaneidad de Tarija y Bolivia. Las formas, los modos y los procesos que marcan la acción política como parte de la democracia permiten valorar los procesos de participación más allá de los tradicionales modos de expresión, sino como un abanico de posibilidades ante la lógica de las nuevas formas y procesos de comunicación. En ese entendido, el cuerpo performativo, con sus voces, símbolos y vestimentas; la ciudad performativa con sus escenarios de calles y plazas se convierte en los verdaderos procesos de comunicación ejecutados por las mujeres activistas en Tarija.

De igual modo, el mismo Martín-Barbero reconoce que el texto:

Trae las huellas de un largo recorrido. Venía yo de la filosofía y, por los caminos de lenguaje, me topé con la aventura de la comunicación… desde entonces trabajo aquí, en el campo de la massmediación, de sus dispositivos de producción y sus rituales de consumo, sus aparatajes tecnológicos y sus puestas en espectáculo, sus códigos de montaje y reconocimiento. (2018: 18)

Se trata de la aventura de la comunicación en tejido con la democracia y las formas de participación en ella.

Referencias

  • Amnistía Internacional (2019). Un violador en tu camino. https://www.amnistiacatalunya.org/edu/musica/f-unvioladorentucamino.html
  • Butler, J. (2007). El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Paidós.
  • Coordinadora de la Mujer (2006). La participación de las mujeres en la historia de Bolivia.Coordinadora de la Mujer.
  • Ensamble Imaybé [Plan Internacional Bolivia] (2021). Canción sin miedo [Archivo devideo]. https://www.youtube.com/watch?v=KW_UK1Cr4Jo
  • Feenstra, P.; Verzero, L. (2020). Ciudades performativas: tres capitales, tres procesosde memorias. Ciudades performativas: prácticas artísticas y políticas de (des)memoria en BuenosAires, Berlín y Madrid. Dirigido por Pietsie Feenstra y Lorena Verzero / Leonor Arfuchet al. – 1a Ed. Universidad de Buenos Aires. Instituto de Investigaciones Gino Germani– UBA.
  • Gamba, S. (2008). Mujeres en red. https://www.mujeresenred.net/spip.php?article1397.
  • Martín-Barbero, J. (2018). La palabra y la acción. Universidad Pontificia Javeriana.
  • Olarte, K.; Van der Valk, A.; Forte, A.L. (2018). Derechos de las mujeres a comunicar: discursos y espacios públicos que interpelan la violencia contra la mujer y el feminicidio en Tarija (Bolivia). Actas del III Encuentro de Ciencias de la Comunicación- ENCIC:trayectorias y desafíos de la comunicación con perspectiva de derechos. Dirigido por Ana Laura Elbirt et al. 1a Ed. Universidad Nacional de Salta.
  • Quintana, V. (2020). Canción sin miedo [Archivo de video]. https://www.youtube.com/watch?v=VLLyzqkH6cs.
  • Velásquez, M. (2021). Breve historia del feminismo en Bolivia y la importancia de la interseccionalidad en la lucha feminista. Cronistas latinoamericanos. https://cronistaslatinoamericanos.com/breve-historia-del-feminismo-en-bolivia-y-la-importancia-de-la-interseccionalidad-en-la-lucha-feminista/