Movimiento Democrata Social (Democratas)
Entrevista a Rose Marie Sandoval
Organizaciones Políticas
Rose Marie Sandoval es licenciada en Comunicación Social, con especialización en Salud Pública. Realizó dos diplomados con la Asociación de Cooperación Bolivia-España (Acobe): 1. Programa de Fortalecimiento Institucional – Autonomías y Asamblea Constituyente (2007); 2. Programa de Fortalecimiento Institucional para el Desarrollo (2008/2009).
Fue coordinadora del Programa de Sociedad Civil de Acceso a la Justicia – BID y representante en Bolivia de la ONG Grupo Voluntario Civil de Italia. Fue Consejera y Asambleísta Departamental y Diputada Nacional. Es miembro del Comité́ Político Departamental del Movimiento Demócrata Social y de la Asociación de Periodistas de La Paz.
Tejedoras. ¿A partir de su experiencia, cómo f ue el proceso de conformación de la agrupación ciudadana Verdes y la forma en la que operó la democracia interna?
Rose Marie Sandoval.
El Movimiento Demócrata Social nace cuando Rubén Costas ya era prefecto del departamento de Santa Cruz, entiendo que llegó a la Prefectura en 2005 con la sigla de APB1 ; pero conforme fue tomando cuerpo se intentó hacer un partido, ahí hubo un gran debate, [habían] posiciones como la mía, que no creía en agrupaciones ciudadanas, sino en partidos, entonces impulsamos Verdad y Democracia Social (Verdes).
No nos alcanzó el tiempo ni los papeles para constituirnos como un partido nacional para las Elecciones Generales de 2009. Nos faltó también, un poco, la talla, las realidades del proyecto político se centraban o focalizaban en el liderazgo regional, así que se decidió entrar con Verdad y Democracia Social (Verdes) a las Elecciones Subnacionales de 2010.
Considero que fue una de las más grandes agrupaciones que emergieron en ese tiempo y lo primero que se hizo fue estructurar una agrupación con sentido, si se quiere, de partido. Se recorrió todo el departamento y una de las cuestiones importantes era el equilibrio y equidad entre hombres y mujeres, al menos en las estructuras.
En Verdes se hizo elecciones internas para renovar o cambiar las secretarías ejecutivas municipales. En general, antes de elegir estas secretarías y sus respectivas planchas, se hacía el lobby correspondiente y se elegía por aclamación. Ahí hubo un quiebre importante, pues en el caso del municipio de Santa Cruz de la Sierra, que era el más grande, y en algunos distritos, junto con un grupo de militantes presentamos otras planchas, nuestro objetivo era consolidar espacios democráticos y dejar de lado el ‘dedazo’, si se quiere.
Era complicado para la agrupación porque eso implicaba además recursos extras, se tuvo que alquilar un coliseo, fue un reto importante para el Comité Electoral y para la agrupación. Todo ello fue una escuela para mí, no salió la plancha que habíamos propuesto en el municipio, pero sí en el Plan Tres Mil. Aceptamos la derrota, fue un proceso absolutamente enriquecedor y seguimos adelante.
Luego se trató de crear la escuela de formación política, que era algo que impulsábamos mucho para formar nuestros cuadros, el tema de un debate ideológico era fundamental porque suponía pensar cómo nos vamos a ubicar, dónde… Surgió el debate entre democracia social y socialdemocracia. Era además un momento clave en la demanda y lucha por las autonomías y se debatía también cómo debíamos liderar esa lucha. Había también que romper las barreras occidente-oriente y la visión de que el occidente es quien maneja discurso, la ideología, y que, un poco, sigue vigente hasta el día de hoy.
¿Cuáles son los cargos que usted asumió con dicha agrupación?
Fui Consejera Departamental2 desde 2005, designada por el Concejo Municipal de Santa Cruz de la Sierra ocupé la Comisión de Constitución, una de las más importantes, y ahí abordé sistemáticamente el tema de las autonomías. En ese momento había muy pocas mujeres, seis de 23 consejeros (cuatro por población de Santa Cruz de la Sierra y dos por provincia). Era un ambiente predominantemente masculino y vertical, donde no se cuestionaba al líder del partido. Yo sí lo cuestionaba con conocimiento de causa, porque había trabajado muchos años en la cooperación. Eso creo que marcó un hito importante: hacerte respetar por tu conocimiento, tu trayectoria y por tu trabajo.
En el año 2010 nos convertimos en Asamblea Departamental, yo era la primera en la lista de asambleístas por población, a diferencia de otros casos nunca he pedido nada, por eso creo vehementemente que la manera de conquistar espacios o hacer es trabajando, es leyendo y es mostrando resultados, más allá del lamento. Me pidieron que sea secretaria de la Directiva; pero no acepté, yo quería la presidencia.
Luego de una larga negociación y discusión volví al cargo de Presidenta de la Comisión de Constitución, planteé que yo iba a ser más útil desde abajo que en la Directiva por un carácter de debate, de posicionamiento, pues en esa época se discutía en la Asamblea la adecuación del Estatuto Autonómico. Me hice cargo de la Comisión Especial de Adecuación del Estatuto, era la Presidenta, flanqueada por puro hombres. Ahí tuvimos de todo, piedrazos, casi nos matan, nos quisieron tomar de rehenes… escapamos; pero logramos la adecuación, aunque no pudimos aprobarla en esa gestión porque no teníamos los dos tercios.
¿Cómo se dio la transición hacia el Movimiento Demócrata Social (Demócratas)?
En el transcurso de esos sucesos surge el tema o más bien se fortalece el tema de ir construyendo el partido de Demócratas. Fue un gran debate, era necesario desprenderse de las agrupaciones, entonces ahí estaba la agrupación Primero el Beni, de Ernesto Suárez, Verdes y Chuquisaca Somos Todos, que debían desprenderse de su sigla para constituir Demócratas. Había otro tema neurálgico también: prestarnos la sigla de Oscar Ortiz, que tenía sigla a nivel nacional, y darle el nombre de Demócratas; pero la sigla seguía siendo prestada. Luego surgió otro debate: escribir el concepto de Demócratas, había posiciones de izquierda y derecha, y decidimos ubicarnos realmente en un centro Demócrata Social.
Ya con Demócratas aceptado trabajamos mucho a escala nacional para estructurarlo y abordar con fuerza las Elecciones Generales de 2014. Fue sumamente enriquecedor porque había cansancio en la gente, como lo hay actualmente; pero también mucha esperanza en una nueva alternativa. Creo que nos faltó tiempo y talla política, hubo además gente que venía de una trayectoria de otros partidos, que suele suceder siempre; pero nos perjudicó. Nos tocó hacer una alianza con Unidad Nacional (UN) y convertirnos en la alianza Unidad Demócrata (UD) fue muy difícil, fue una decisión muy dura.
En las elecciones de 2014 usted fue postulada y elegida como diputada nacional, ¿cómo fue su experiencia en la Asamblea Legislativa Plurinacional?
Para las elecciones de 2014 fui postulada como candidata a primera diputada plurinominal por Santa Cruz, así que yo le tengo de verdad un reconocimiento a la dirigencia, no ha debido ser fácil imponer mi nombre en la lista porque siempre tienes que aportar o tienes que tener algo y yo, como se dice en Santa Cruz, soy una yesca que siempre ha vivido de su sueldo, entonces lo que tenía era mi cara y mi trabajo duro y fuerte.
Con la alianza viene una experiencia nueva en política, desde el inicio hubo quiebres con UN que yo creo que afectaron, de alguna manera u otra, la posición de una oposición sólida, porque estar en una oposición implica un trabajo súper interesante si realmente ejerces tus tres cualidades: legislativa, deliberativa y fiscalizadora.
Necesitas encontrar gente con la que puedas trabajar y ejercer para lo que has sido electa y no hacer el turismo que mucha gente hace, es decir, que va sesiona y vuelve porque te pagan el avión, es cierto; pero no te pagan más nada. Ser diputado es realmente lapidario, es indignante no solamente en el tema económico, sino en las condiciones con las que se trabaja, peor para las mujeres, porque si tú tienes que estar hasta las tres o cuatro de la mañana no hay quién te cuide y tienes que irte caminando sola, no te ponen las condiciones para que te lleven y la alimentación era vergonzosa, era un maltrato terrible.
En mi caso, fui cinco años diputada de pasillo nunca he tenido oficina, mi escritorio era mi mochila, porque detestaba pelear por un comité o un escritorio. Es complicado ser del interior, muy pocos alquilamos un departamento en La Paz, los demás se iban a hoteles, eso me permitió, con el sacrificio de mi familia, ejercer el cargo, estar adentro, adscribirme a comisiones, elecciones de vocales, de todo, siempre estuve presente en todo, dando la cara.
En un punto decidí hacer un proceso de fiscalización sola a cinco ministerios, en temas que han sido muy duros y no tuve acompañamiento de nadie, meterte en temas de aduana, de narcotráfico, de la Fuerza Área Boliviana (FAB), que fueron denuncias que pasaron todas al Ministerio Público, fue difícil. Es difícil tener tu casa intervenida con inteligencia, que te sigan, saber que tienes que caminar en contrarruta por si algo te pasa, reunirme en sótanos de supermercados, sentir temor por ti y por tus informantes, y no tener apoyo de nadie.
¿Cuáles son los temas referidos a derechos de las mujeres que usted trabajó en la ALP?
Fui parte también de la Comisión de Ética de la ALP, que es la única comisión con paridad política con tres miembros de la oposición y tres del oficialismo; éramos cinco mujeres y un hombre, estoy hablando del primer año de mandato, en el que suspendimos a dos diputados por un año y a otro por seis meses. Se trataba de casos de violación a menores, denuncias de lotes (sic) y de cobros a funcionarios, casos graves, sobre todo el de violación; pero el reglamento solo te permitía esa sanción. Pasado el año de sanción, los volvías a ver a los diputados en los pasillos, felices, ejerciendo el cargo. Por ello, hicimos una propuesta de modificación del Reglamento de Ética de la Cámara de Diputados porque el que había era pésimo. Se leyó en general, pero no se dio curso porque no convenía y ahí se lo dejó. Entonces la falta de independencia de los poderes se la evidencia en este tipo de cosas.
Recuerdo que un tema que generó mucho conflicto al interior del partido fue el referido al aborto, una mayoría estaba en contra y éramos pocos los que lo defendíamos. Ese punto es importante porque ahí yo considero que un legislador o legisladora debe tener la libertad de votar por lo que le parece, hay temas específicos que no pueden ser línea del partido y votamos así, cada uno tuvo la libertad de votar en ese tema. Pese a que la mayoría de mi partido votó en contra, han sido momentos de conquistas de los derechos de las mujeres al interior del propio partido, no en cuanto a resultados; pero sí quedaron claras algunas posiciones.
Más allá de las cosas que cuento, mentiría si te digo que he sufrido acoso político, hubo compañeras que han tenido casos clarísimos de acoso y violencia; pero yo me impuse, los mandaba a rodar y me valía. Considero que hay que formarse, hay que trabajar, es la única forma, y conquistar la palabra, no tenerle miedo al micrófono, eso es algo que hay que trabajar con formación porque los talleres de capacitación se han concentrado en el lamento, en las experiencias personales de cada una; pero hay que identificar los puntos estructurales y trabajar mucho al interior de los partidos. Somos el 50 % de cada estructura partidaria, ¿y las voces de mando? Cuando ves las fotografías de las testeras son puros hombres, hay que empezar por aquello.
Creo que es digno de analizar el hecho de que en la anterior Asamblea hubo cuadros muy interesantes de gente capaz de un lado y de otro; pero sobre todo mujeres te avisaré, yo creo que es algo digno de analizarlo, de plantearlo. Eran más mujeres las formadas y capacitadas que hombres en la anterior asamblea. Esa ha sido una gran riqueza.
¿Cómo encara Demócratas actualmente el proceso de adecuación de estatutos autonómicos y particularmente el régimen de despatriarcalización?
Luego del año de gobierno de transición Demócratas quedó muy afectado, era un poco el lumpen, nos cargaron todo y el esfuerzo de los últimos años por construir un partido se vino un poco abajo. Pero cabalmente en estos días hubo un encuentro nacional de Demócratas, del Comité Ejecutivo Nacional en Santa Cruz, y hemos planteado varios desafíos: sigla, hacer un partido nacional, reinventarnos, hacer un programa serio.
En el tema de mujeres, en los documentos de Demócratas siempre hubo equilibrio; pero se necesita hacer cambios de fondo, hay una serie de desafíos para empezar de fojas cero. El año 2022 pretendemos realmente consolidar para ver cómo hacemos, constituirnos y empezar a tener un partido de verdad, nuestro, tendrán que estar los que están y a partir de eso arrancar.
Es una condición que según los estatutos el 50 % debe estar compuesto por mujeres, creo que Demócratas es el partido que efectivamente ha cumplido desde un inicio, incluso en el diseño de ver los estatutos, eso quiere decir que en las estructuras que se han formado nuestra gran lucha era identificar y formar cuadros de mujeres. Tienes 50 y 50, pero también te preguntas: ¿y ahora qué? Es necesario bajar esas reglas a las estructuras de los municipios y en las comunidades.
Alguna reflexión final sobre el liderazgo de las mujeres en las organizaciones políticas
Eso es importante porque tú conoces a un político, hombre o mujer, cuando da la cara, cuando tiene una trayectoria o que al menos en momentos de crisis haya estado ahí. Yo estuve en las minas, en la marcha contra el DS 21060, me alojaba donde la Domi, es decir, considero que es importante tener algo de base y trayectoria de liderazgo para poder afrontar los obstáculos que encuentras en la política. Por eso la formación es importantísima y una formación que sea absolutamente igual sea de célula, sea de cuadro, sea todo: hombres y mujeres, donde no hay diferencia porque seas mujer.
Como Bolivia, tenemos un gran avance en leyes, es innegable; pero hay que repensar el cómo hacer, no se puede elegir a personas (mujeres y hombres) sin medirlas previamente, es decir, conocer su trayectoria, capacidades, cualidades y valores, por lo tanto, no cualquiera puede ni debe ser autoridad electa, más aún, entendiendo las responsabilidades que implica legislar, deliberar y fiscalizar como parte de un órgano legislativo.
Se refiere a la histórica lideresa del Comité de Amas de Casa Mineras: Domitila Barrios. El problema es ¿dónde haces carrera política?, existen muy pocos espacios donde la cultura de hacer una carrera política importa, esto producto de constantes cambios de representantes que, muchas veces, no asimilan el desafío y responsabilidad de ser autoridad. Si bien la renovación de autoridades y la inclusión de nuevos grupos es importante para fortalecer la democracia, el desconocimiento de los actores políticos en las estructuras partidarias compromete sus objetivos, ya que tienes que tener por lo menos una trayectoria para crecer y aportar, y demostrar a la gente que eres necesaria.
Entonces estamos ante un desafío y una coyuntura muy complicados en lo que se refiere a liderazgo político. El ejercicio ciudadano para la construcción y preservación de la democracia deber partir por la formación, saber con claridad qué es un pacto fiscal, qué es la planificación, la base de todo lo que tienes que hacer, conocer lo que es gestión pública de manera más pedagógica y no tan complicada. Tenemos que tener una visión más agresiva: no solamente empoderar a las mujeres, que eso es clave, sino repensar qué pasa con el escenario y la posta alrededor de mujeres jóvenes y de hombres jóvenes.